IMPUGNACIÓN ALTAS MÉDICAS. BREVE EXPLICACIÓN DEL PROCEDIMIENTO.


Las altas médicas emitidas de forma manifiestamente injusta tanto por el ICAMS en labores de Inspección Médica en los casos de enfermedad común, como por las mutuas de accidentes de trabajo cuando el proceso de incapacidad temporal deriva de contingencia profesional, ha sido objeto de reconocimiento por parte del legislador que ha diseñado un procedimiento especial de impugnación en la Ley 36/2011, reguladora del orden jurisdiccional social. Intentamos despejar algunas dudas sobre este nuevo procedimiento.
¿Es obligatorio en todos los casos interponer reclamación previa?. Sí, con la excepción de las resoluciones administrativas expresas en las que se acuerda el alta médica emitidas por los órganos competentes de las Entidades gestoras de la Seguridad Social al agotarse el plazo de duración de trescientos sesenta y cinco días de la prestación de incapacidad temporal
¿Plazo para interponer la reclamación previa?. Establece el art. 71 de dicha ley que es requisito necesario para formular demanda en materia de prestaciones de Seguridad Social, incluída la impugnación de altas médicas, que los interesados interpongan reclamación previa ante la Entidad gestora. El plazo no será el genérico de 30 días, sino que se interpondrá en el plazo de once días desde la notificación de la resolución.
¿Ante quien se debe interponer?. Ante la diversidad de soluciones que ofrece el art. 71, entendemos que en enfermedad común debe reclamarse al INSS y al ICAMS-ICS, y en caso de accidente de trabajo o enfermedad profesional, además a la mutua.
¿En que plazo debe resolver la administración?. Muy breve, el plazo para la contestación de la misma será de siete días, entendiéndose desestimada una vez transcurrido dicho plazo.
¿Cual es el plazo para interponer demanda?. En los procesos de impugnación de altas médicas el plazo anterior será de veinte días, que cuando no sea exigible reclamación previa se computará desde la adquisición de plenos efectos del alta médica -extinción del INSS a los 365 días del inicio de la IT- o desde la notificación del alta definitiva acordada por la Entidad gestora.
¿A quien debo demandar?. A la Entidad gestora y, en su caso, a la mutua. Lo normal es demandar también al Servicio Público de Salud -ICS-. Excepcionalmente también a la empresa del trabajador, cuando se cuestione la contingencia.
¿Ante quien se presenta la demanda?. En el Juzgado de lo Social del domicilio del demandante o del lugar de emisión de la resolución.
¿Qué características tiene el proceso?. Será urgente y tendrá una tramitación preferente. Es aconsejable en cuanto a la prueba que se ha de practicar en el acto de juicio documentar la enfermedad y que la misma impide acudir al trabajo -informes de urgencias, del doctor de familia, inmediatos en el tiempo al alta médica-.
¿Cabe recurso ante el Tribunal Superior de Justícia?. No, el art. 191.2 g) Ley 36/2011 es tajante: ”Tampoco procederá recurso en procesos de impugnación de alta médica cualquiera que sea la cuantía de las prestaciones de incapacidad temporal que viniere percibiendo el trabajador”.

Síndrome de Fatiga Crónica. Cuando el cansancio produce discapacidad


Aunque no tiene una causa clínicamente comprobada, este padecimiento representa un problema de salud pública mundial al generar un alto porcentaje de ausentismo laboral. Tampoco se conoce un tratamiento efectivo para superarlo. Sin embargo, los especialistas continúan investigando este mal que, incluso, puede generar el aislamiento social de una persona.

Seguramente, alguna vez le ha tocado sufrir una de esas gripes que suele llamarse rompehuesos. Esa en la que duelen hasta las pestañas y el cansancio que se siente puede llegar a impedir la realización de los quehaceres diarios. Así, lo único que provoca es acostarse a reposar, mientras se toma consomé de pollo, varias limonadas calientes aderezadas con miel y algunos antigripales. Lo normal es que a los pocos días pasen los síntomas, uno se sienta bien y vuelva a la rutina.

Pero, ¿se imagina que no se reponga? ¿Que la fatiga persista a pesar del descanso y los remedios caseros? Pues, a veces este cansancio extremo puede convertirse en un padecimiento por sí mismo, llegando a afectar la calidad de vida y las relaciones sociales de una persona. Si el agotamiento permanece por más de seis meses y reduce en 50% la capacidad física e intelectual, se puede estar en presencia del Síndrome de Fatiga Crónica (SFC).

El neurólogo del Instituto Diagnóstico de Caracas, Pedro Luis Ponce, explica que la debilidad es una reacción de alerta que avisa cuando el cuerpo está llegando a su capacidad límite de respuesta, se siente sobrecargado de trabajo o tensión emocional y requiere reposo; “sin embargo, si este descanso no ofrece alivio significativo y además aparecen otros síntomas como debilidad, alteración en la memoria reciente, faringitis, ganglios inflamados, dolores musculares y articulares, cefalea, febrícula (quebranto), ansiedad y visión borrosa, hay que estar muy alerta”.

El SFC aún no tiene una causa clínicamente conocida, a pesar de que se presentaron brotes epidémicos con características similares entre –1940 y 1960– en Estados Unidos e Islandia, los cuales recibieron la denominación de Iceland Disease y Royal Free Disease. También, en los años 80, se le llamó “fiebre de los yuppies”, dada su alta incidencia en personas jóvenes, de un nivel socioeconómico alto, con una actividad profesional sumamente competitiva.

Por esta razón, el diagnóstico se hace difícil y se requiere establecer una historia clínica completa en la que se descarten patologías asociadas o enfermedades entre cuyos síntomas esté la fatiga. “Se debe hacer un análisis por exclusión, porque el cansancio es un padecimiento muy inespecífico y puede ser producido por otros síndromes”, explica Ernesto Rodríguez, médico internista-psiquiatra del Instituto de Medicina Integral de San Bernardino, al tiempo que agrega que puede estar asociado a la fibromialgia (enfermedad que contempla dolor muscular, fatiga crónica e insomnio), disfunción inmunológica, agentes infecciosos (virus de Epstein Barr, de la mononucleosis crónica, del herpes), irritación del sistema nervioso central o la hipotensión.

Asimismo, debe descartarse la presencia de depresión, porque ésta puede producir síntomas vagos parecidos a los de la fatiga crónica, aunados a tristeza patológica, irritabilidad, ideas suicidas y al desgano en la realización de las actividades que antes solían ser placenteras.

Todas estas posibles causas continúan bajo el microscopio de los especialistas, pues el SFC puede ser considerado como un problema de salud pública mundial al generar altos porcentajes de ausentismo laboral. “No es una enfermedad mortal por sí misma, pero cada día lleva a más personas a una situación de invalidez funcional total y, además, ocasiona grandes costos monetarios”, indica Rodríguez.

 
 
En sus inicios, este síndrome puede ser confundido con una gripe o con el cansancio común, producto de la agitación constante en la que debemos vivir. De hecho, en 85% de los casos tiene como manifestación inicial un episodio gripal. Sin embargo, no todo el que está cansado sufre SFC.
 
“Lo esencial de esta enfermedad es que exista una fatiga intensa nunca experimentada por el sujeto, un agotamiento que afecta hasta el modo de amarrarse los zapatos. Estas personas deben invertir el doble del esfuerzo en todas las actividades de su rutina diaria, quedando totalmente exhaustas”, indica Rodríguez.

Aunque ningún estudio ha comprobado cuál es la raíz del SFC, se sabe que se puede precipitar en personas estresadas o que han sufrido un cambio traumático en su vida. Específicamente, existe una mayor prevalencia entre la población femenina, de 30 a 50 años.

En Estados Unidos, donde el Centro de Control de Enfermedades y el Instituto Nacional de Salud llevan a cabo investigaciones, se ha determinado que en las mujeres este síndrome es tres veces más común que la infección por HIV y considerablemente mayor que el riesgo de contraer cáncer de pulmón. En adolescentes también se han realizado estudios y los resultados muestran que hay un índice mayor, alrededor de 30 por 100.000, en menores de 16 años. En Venezuela no existen cifras al respecto, aunque los especialistas estiman que el SFC como co-morbilidad (patología simultánea) de la fibromialgia y la depresión se presenta en 60% de los casos.

 
“La fatiga crónica afecta de modo muy grave la calidad de vida de un paciente. Normalmente, no se encuentra ningún síntoma ligado al déficit neurológico, pero, según algunas investigaciones, puede deberse a una inflamación en las interconexiones del sistema nervioso que impiden que los neurotransmisores efectúen su función adecuadamente, limitando las respuestas de las personas hacia su entorno”, señala Pedro Luis Ponce, quien agrega que lo importante es investigar a fondo y determinar si el paciente padece trastornos psiquiátricos, hepáticos, cardíacos, renales o algún tumor cancerígeno que le induzca al cansancio físico.
 
 
El pronóstico a largo plazo de los sujetos con SFC es reservado, por lo impredecible e inespecífico de la enfermedad. Algunos pacientes sanan completa o parcialmente, mientras que otros tienen que aprender a vivir con esta discapacidad luego de pasar por un largo tratamiento sintomático (por más de seis meses), es decir, una terapia dirigida a controlar por separado las dolencias que se incluyen en el síndrome.

Ernesto Rodríguez señala que se suelen prescribir medicamentos para el insomnio, rutinas de actividades físicas dirigidas por un especialista, rehabilitación con ejercicios leves, una dieta balanceada, cambios en el estilo de vida e, incluso multivitamínicos, antimicóticos, antidepresivos, ansiolíticos o antivirales. Además, el apoyo familiar, el acercamiento y la compresión son muy importantes. “Sin embargo, todavía no hay nada totalmente comprobado en cuanto a tratamiento. Lo que se sabe es que el abordaje terapéutico debe ser multidisciplinario; donde participen psicólogos, psiquiatras, fisiatras, internistas, reumatólogos y nutricionistas que puedan guiar a la persona hacia la superación de su problema”.

 
Cuando se padece el Síndrome de Fatiga Crónica, el paciente entra en un estado de discapacidad que puede transformarlo en un aislado social, porque lo único que busca es descansar para aliviarse. De allí que se deba estar atento ante cualquiera de las manifestaciones sintomatológicas que contempla, pues es posible que, en lugar de atravesar por una época de fuerte cansancio, esté a pocos pasos de convertirse en un agotado perenne.
(Del facebook de Chary Romero)http://afyer.blogspot.com.es

EL DICTAMEN MÉDICO-LABORAL EN EL PROCESO DE INCAPACIDAD LABORAL POR FIBROMIALGIA Y/O SÍNDROME DE FATIGA CRÓNICA(I).


Este artículo ha sido redactado a petición de Asociación Cordobesa de Pacientes con Fibromilagia (ACOFI) y su Presidenta Encarna.

Consciente de la importancia de este tema tiene para muchos de los asociados de ACOFI y otras muchas asociaciones de pacientes integradas en la Liga Reumatológica Andaluza (LIRA), he realizado una exposición lo más práctica y sinóptica posible, sobre el “modo” y en la “forma” que debe redactarse un Dictamen Médico-Laboral en los pacientes afectados de fibromialgia y/o fatiga crónica. Este artículo aunque inicialmente dirigido a pacientes, resulta igualmente instructivo para el médico que quiera introducirse en la valoración del daño corporal de pacientes con estas patologías. Con ello pretendo: 1. Que los pacientes tengan un mayor conocimiento de los informes y dictámenes que deben aportar en los Juzgados de lo Social, al objeto de que tengan unas mayores posibilidades de éxito en su proceso de incapacidad laboral permanente. Con este artículo podrán hacer un chequeo sobre la calidad del informe que se ha elaborado. 2. Que los médicos que se dediquen o vayan a realizar en algún momento un dictamen médico-laboral conozcan las bases por las que se deben guiar en la elaboración de los mismos, las cualidades de las que deben proveerse y de cómo llevar a cabo la prueba pericial.

Es mi deseo que este sinóptico acercamiento a los dictámenes periciales de los procesos laborales cumpla su objetivo: clarificar cual es su aplicación práctica, y la de propiciar la reflexión de la importancia que tiene el Dictamen Médico laboral, no solo por su trascendencia económica -dados los presupuestos económicos que generan las incapacidades-, sino por su función moral y de reposición de los derechos de los pacientes afectos por enfermedades que repercuten en la capacidad ganancial para su trabajo.

Introducción

A lo largo de la Historia de la Medicina se ha pasado sucesivamente del sentimiento al razonamiento, y de la razón a la experimentación. Con la experimentación se obtuvieron los conocimientos necesarios para clasificar las enfermedades en infamatorias, funcionales, infecciosas, degenerativas, etc. Resulta asombrosa la ingente cantidad de conocimientos científicos que poseemos en el momento actual, la extraordinaria tecnología con pruebas biológicas y de imagen, y el dominio terapéutico de la mayoría de los procesos médicos, incluidos los de más alta mortalidad.

Sin embargo, resulta necesario entender que el proceso de salud y enfermedad no es explicable a nivel exclusivamente biológico o químico, ya que no descubriríamos al ser humano enfermo, y de esta forma, el médico solo sabría de enfermedades y no de enfermos o pacientes. La naturaleza de la salud y la enfermedad debe entenderse con una actitud y una disposición más trascendente por parte del médico que atiende a su paciente. Si la moderna Medicina no absorbe el modelo biopsicosocial de enfermar, en la medida y proporción de unas y otras enfermedades, cada vez existirán más pacientes incomprendidos que reclamen el reconocimiento de sus dolencias y un remedio eficaz de las mismas.

Entre las victimas de Medicina Actual están los pacientes con fibromialgia y/o Fatiga crónica que se caracterizan por no tener una causa específica y una ausencia de pruebas analíticas y de imagen que confirmen la presencia de su dolor y fatiga. Su tragedia, al margen del sufrimiento que le provocan sus síntomas, es su falta de credibilidad por las personas que le rodean y por si fuera poco, por parte de muchos médicos que les atienden. Por ello, para entender a estos pacientes es necesario tener una disposición más trascendente de lo que supone ser médico, de la relación médico-paciente y de los modos de enfermar.

La meta del conocimiento médico en algunos casos no debería ser diagnosticar tal o cual enfermedad en su paciente, sino entender la verdad de su vida humana y del ambiente psicosocial que le rodea, y de esta manera entender mejor porque ha enfermado. En efecto, cualquier médico que se aproxime de forma sensible a la realidad de los pacientes con fibromialgia y fatiga crónica podrá comprobar que en mayor o menor medida todos padecen de estrés crónico y son incapaces de afrontarlo con unas mínimas garantías que le permitan resolver sus problemas, se encuentran al límite. Son el dolor, el cansancio, las dificultades del sueño, las alteraciones de la memoria, etc. la expresión físico-psíquica de este estrés ambiental.

¿Quién debe ser el Perito-Médico?

Se denomina Perito médico en terminología procesal a aquella persona especialmente cualificada por sus conocimientos en Medicina, que pone al servicio del Juez su pericia e instrucción, al objeto de que éste pueda apreciar el daño estructural, y las limitaciones que le provocan al paciente en materia laboral, civil o penal. De esta forma el perito-médico intentara ilustrar de forma objetiva sobre el hecho enjuiciado y proveer al magistrado de los elementos que le permitan impartir justicia.

En este sentido, es el médico quién tiene los conocimientos técnicos que pueden determinar si la incapacidad es causa de una enfermedad común o accidente laboral. Quién podrá determinar si una nueva baja laboral temporal es derivada de una enfermedad común o un accidente, y si la incapacidad es debida a un nuevo cuadro patológico o a una recidiva o recaída de una enfermedad anterior.

El paciente a través de su abogado puede proponer la Intervención en el Juicio de un Perito Médico que permita acreditar la veracidad de los hechos en que se fundamenta la reclamación en la valoración del Dictamen emitido por el Médico Evaluador del Instituto Nacional de la Seguridad Social.

El Perito médico debe estar en posesión del Título Oficial de la Especialidad que corresponda a la materia que se ha de valorar en el Dictamen, en el caso de los pacientes con fibromialgia o síndrome de fatiga crónica, según mí entender, el Médico no solo debe estar en posesión del Título de Licenciado en Medicina y Cirugía, sino del título de Reumatólogo, ya que las enfermedades de las que pretende dar cuentas son reumáticas, y por tanto el reumatólogo el especialista mejor cualificado para defenderlas.

Esta titulación podra acreditar con mayores garantías sobre la existencia y la realidad de la enfermedad, pues es el Reumatólogo quién por su formación resultará más creíble a la hora de demostrar que el padecimiento del paciente aunque pueda resultar difícil de demostrar, no es inventado o se encuentra en la cabeza del paciente, previniendo desproteger a quién efectivamente sufre de dolor, cansancio, alteraciones del sueño, rigidez y otros síntomas de difícil demostración.

Por ello, resulta aconsejable que inicialmente el Médico-Perito informe al Tribunal sobre su cualificación y el grado de especialización que posee, bien a iniciativa propia o a través de su abogado, ya que en el caso de no ser especialista, será el abogado del Instituto Nacional de la Seguridad Social, quién pondrá en tela de juicio, la idoneidad profesional de la prueba pericial practicada y del informe emitido para calificar y valorar dicha enfermedad. Esta especificación resulta trascendente en relación con la valoración del Juez le dará a la prueba pericial, es decir, que el Perito tenga un conocimiento profundo, fundado y objetivo del cuadro patológico.

Dr. Antonio Ponce Vargas. Reumatólogo. Doctor en Medicina. Presidente de la Liga Reumatológica Andaluza (LIRA).

http://www.doctorponce.com

Dos tercios de los pacientes con fibromialgia cogen una baja laboral al menos una vez al año


BAJAMás de dos tercios de los enfermos con fibromialgia cogen una baja laboral al menos una vez al año, y un tercio de estos pacientes debe abandonar su trabajo definitivamente, según diversos estudios que se han presentado en la jornada ‘Diez años con la fuerza del primer día’, organizada por la Financió per a la Fibromiàlgia i la Síndrome de Fatiga.

   «Al eliminar la actividad laboral, se reducen las capacidades físicas del paciente y además le supone un gran golpe psicológico, puesto que el enfermo deja de sentirse útil», advierten investigadores del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, quienes han visto además publicados sus hallazgos en la revista ‘Rheumatology International’.

   La fibromialgia es un proceso reumático crónico que se caracteriza por dolor músculo-esquelético generalizado y fatiga. Afecta a muchos sistemas del organismo, «aunque incide de manera especial sobre el sistema nervioso y el autoinmune y tiene hasta 50 síntomas asociados», ha aclarado el doctor Joaquím Fernández, internista del Hospital Clínic de Barcelona.

   A pesar de que puede darse en todas las edades, razas y grupos socioeconómicos, «afecta sobre todo a las mujeres», ha precisado. En concreto, el síndrome de fatiga crónica es una enfermedad que provoca en el paciente un cansancio tan intenso que impide realizar las tareas diarias más habituales.

   «Las actividades físicas o mentales, a menudo, empeoran los síntomas, y el reposo por lo general no los mejora», ha señalado el director científico del Servicio de Reumatología del Hospital CIMA, el doctor Ferrán García.

   Las causas de estas enfermedades son desconocidas, «sin embargo, algunos las infecciones, situaciones traumáticas como un accidente de tráfico, o episodios de estrés muy fuerte pueden desencadenar la enfermedad», ha precisado este experto.

   Con estas patologías, «se estimulan los receptores del dolor, que quedan activados crónicamente, y se observa un descenso de la serotonina y un aumento de la sustancia P, ambas reguladoras del dolor», ha añadido.

   Las investigaciones actuales se centran en el establecimiento de criterios diagnósticos internacionales y nuevos tratamientos biológicos, que todavía tienen una utilidad limitada y costes muy elevados.

   Por último, la presidenta de la Fundació per a la Fibromiàlgia i la Síndrome de Fatiga Crònica, la doctora Anna Cuscó, ha reconocido su compromiso en conseguir la comprensión de la sociedad para que «los afectados puedan seguir realizando sus tareas habituales».